Aquí se plantea una doble dicotomía : en primer lugar, a saber, el derecho de todo ciudadano, reconocido por el Art. 14 de la Constitución Nacional, de trabajar y obtener los recursos necesarios para satisfacer sus necesidades y las de su familia; y en segundo plano, el derecho de las personas que circulan en medios móviles de transitar en forma ágil por las principales arterias de la ciudad, sin encontrar en ello obstáculos que le impida cumplir con la tarea motivo por la cual ha emprendido su viaje.
Otra cuestión a analizar es la situación en la que se encuentran los caballos que constituyen el principal motor de movilidad de los carros, ya que muchas veces es lamentable e incluso doloroso verlos cargar un peso que duplica o hasta triplica el suyo propio.
Todo lo analizado supra nos lleva a hacernos numerosas preguntas.... ¿El derecho a transitar es reconocido a todos los ciudadanos cualquiera sea el medio utilizado para ello?, ¿Deberían fijarse horarios específicos en los cuales los carreros pueden ingresar a la ciudad, que seguramente no coincidirá con las denominadas "horas picos"?, ¿El Estado debería proporcionar a los carreros un medio más ágil para que cumplan con sus tareas, evitando de esta manera la exclusión?
El debate queda abierto....
